jueves, 19 de febrero de 2009

el almuerzo del enterrador

15 comentarios:

  1. qué vas, de bodeghonesto? A mi no me la cuelas, la mandarina esa caida de un octavo.

    melladowitz

    ResponderEliminar
  2. qué combinación tan sublime de tonos fríos y cálidos.
    Eres un visionario.

    D.

    ResponderEliminar
  3. Osarás atreverte con el trampantojo????
    menudo flipao.

    ResponderEliminar
  4. Muy buenas Ricardo, me gustaría hacer unos comentarios:

    El hecho de situar a la izquierda del encuadre el trocito de espejo para compensar a nivel cromático el azul del albornoz me parece brutal. Es que la gente se piensa que esto es muy fácil, y que la fotografía está así de casualidad, y no...la composición está elegida y pensada de forma milimétrica basándose en argumentos narrativos y compositivos, vamos eso es lo que a mi me han enseñado en mi escuela, y ya digo, lo del espejo es de maestro porque además, claro, lo que compensa el azul es la misma prenda reflejada, pero en menor tamaño, pero si vas a photoshop y miras el código de ese azul es el mismo en el espejo que en la realidad, no creo que el hecho de que esté en un espejo provoque variaciones a nivel cromático...bueno que me enrrollo, es que empieza a hablar de lo que me apasiona y no puedo parar...jejeje...

    Sigue así amigo...

    José Cárcenas, Badajoz.

    ResponderEliminar
  5. Esta bien pero deberias haber usado polarizador.

    Rober.

    ResponderEliminar
  6. En una palabra: ¡ASQUEROSO!

    J.R.

    ResponderEliminar
  7. simplona a mas no poder. Vaya puta castaña. A ver si despiertas de una vez, y no nos tomes el pelo. ¿o a ti te gusta?... joder Ricardo... no abuses asi del espectador.

    El maestro pescador.

    ResponderEliminar
  8. Esto, por mucho que me pese, y bromas a parte, es un ejemplo más de que a los fotógrafos (entre otros) cuando llegan a la cumbre de su carrera se les va la pinza sin darse cuenta y realizan trabajos en los que creen haber alcanzado su mayor madurez pero que en realidad son atrocidades sin sentido, ni común ni no común.

    Halverto Jarcía-Halis

    ResponderEliminar
  9. Es una lástima que se te disparara la cámara con ese encuadre, eso es una lástima. Lo que es vergonzoso es que tengas lo huevos oriolanos de publicarla.
    Vete a tomarle el pelo a tu tía!

    ResponderEliminar
  10. La calle está que arde, no me podía imaginar cuando se me ocurrió poner en marcha este blog que se convertiría en el water de los anónimos. Todo esto que me está ocurriendo es precioso, me siento arropado, de mierda, pero arropado. Es un honor además que visite el blog José Esteban Verdes o Cristina De Midell.
    Para terminar me gustaría decir que esto del bodegón no es cosa fácil, que tengais paciencia, que es harto complicado el uso de la luz con mandarinas y que espero que disfruteis tanto como yo.

    ResponderEliminar
  11. aprende...

    http://www.bodegones-solitarios.net

    ResponderEliminar
  12. Creo que hubiese sido más eficaz que la zona de ruptura tuviese diferente luz a la general, un oscurecimiento de la zona y una reducción de tamaño en la misma enfatizaría mas la idea.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  13. Ricardo querido...
    espero que este bajada del ritmo de publicación de tus avances en el arte del bodegón no se deba al desasosiego ni al temor a enfrentarte a todas estas críticas que tan bien dices que te sientan... espero que estés investigando y documentándote para dar un paso adelante más y dejarnos boquiabiertos de nuevo. Todas esas bocas abiertas...algunas llenas de culebras, otras explulsando admiración y asombro, como la mia.
    Venga chaval!
    Molas!

    ResponderEliminar
  14. se me olvidaba comentarte que gran parte de mi asombro viene de las etiquetas que empleas para mantener en orden toda tu producción bodegonil. Asi, cuando tengas miles y te pidan la foto de una pera,o de una percha, por ejemplo, la encontrarás enseguida...si es que eres la leche!
    Todo materia gris, todo ingenio, todo color, todo arte!
    besón

    ResponderEliminar